Corea: Una ventana al futuro

En últimas semanas, Corea ha sido centro de atención para el mundo luego de que los líderes de Corea del Norte y Corea del Sur, Kim Jong-un y Moon Jae-in respectivamente, se comprometieron a firmar un tratado de paz y trabajar por una península coreana desnuclearizada. Antes de eso, Corea del Sur fue el anfitrión de los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno, y recientemente hasta le ganaron al campeón mundial de fútbol en el último partido en la Copa del Mundo.

Posiblemente algunos de los lectores más jóvenes de El Financiero tienen alguna lista de bandas K-pop en su Spotify, y algunos lectores mayores han podido ver novelas coreanas en televisión nacional. También, una buena parte de las visitas al sitio del El Financiero posiblemente provienen de teléfonos móviles marca Samsung o LG –reconocidas marcas coreanas.

Esto es solo una vista parcial del tremendo poder, innovación y desarrollo que se presenta y siente en ese país. Hace poco tuve la oportunidad de pasar un par de semanas en Corea del Sur. Quedé absolutamente asombrado de cómo el país, sus empresas grandes (pero también las pequeñas), el gobierno, academia y su gente, han producido una gran cantidad de avances en múltiples campos, para procurar una mejor vida para sus ciudadanos.

Todo está completamente integrado a plataformas de hardware y software neutrales donde residen múltiples aplicaciones para control de tránsito, pedir comida del supermercado cercano desde una refrigeradora conectada a la red, seguridad ciudadana por medio de cámaras de circuito cerrado, pago electrónico automático en distintos tipos de comercios, entre muchas aplicaciones tecnológicas para solventar la vida diaria de las personas.

Parece que este presente que se vive en Seúl todos los días es el futuro que nos espera en nuestros países: tecnología al servicio del ciudadano, herramientas para transparencia y agilidad para el gobierno, impulso de pequeñas empresas, mayor competencia en el sector privado – todas son cosas urgentes y que anhelamos para nuestro país.

Artículo publicado en el periódico El Financiero el 8 de julio de 2018.

El futuro de la tecnología

La semana pasada se realizó el evento “Innovation Realized” que organizó la firma EY en Ámsterdam, donde se conversó sobre el impacto de la tecnología y la innovación en las empresas y en general en nuestro entorno.

La presentación de cierre la realizó Yuval Noah Harari, historiador, futurista y autor de dos best sellers internacionales sobre el futuro de la humanidad y la tecnología.

Hay dos ideas particularmente importantes que se expusieron, y vale la pena comentar:

La primera es que claramente estamos en un periodo de disrupción, de cambio, de velocidad en cómo nos pueden beneficiar o afectar las nuevas tecnologías.

No obstante, una de las circunstancias que es exactamente igual que en las anteriores revoluciones industriales es que los humanos decidimos qué hacer con estas nuevas tecnologías y qué uso les damos.

Por ejemplo, la imprenta o el bote de vapor tuvieron una función fundamental en el progreso, pero también fueron usadas por tiranos o personas para usos destructivos o de retroceso para la humanidad.

En esta cuarta revolución industrial nos toca a nosotros decidir y poner a buen uso los avances como la inteligencia artificial, el big data, los robots, y otras tecnologías.

La segunda idea importante a considerar es que la historia de nuestra especie dará un giro trascendental cuando la revolución tecnológica converja con la revolución en la biotecnología y las ciencias de la vida.

La posibilidad de poder crear nuevas formas de vida híbridas, humanoides, extender la vida y poder realizar con tecnología cambios a lo interno de nuestra biología, cerebros y naturaleza, traerá un salto hacia otra nueva era.

Hoy por hoy, podemos estar atentos a todos los cambios que esta cuarta revolución industrial puede traer para la humanidad y esperar que sean beneficiosos para el progreso.

Artículo publicado en el periódico El Financiero el 29 de abril de 2018.

Su privacidad y seguridad en Facebook

Esta semana se dio a conocer como la empresa Cambridge Analytica, con sede en Londres, pudo obtener información detallada de cerca de 50 millones de usuarios de Facebook. Esta empresa también trabajó para la campaña de Donald Trump, lo cual hizo que se abrieran investigaciones sobre esta conexión.

Estos hechos desencadenaron una nueva ola de críticas y presión hacia Facebook sobre el manejo de los datos de sus usuarios. Tan solo en un par de días Facebook perdió unos $50 billones de valoración en la bolsa de valores.

Todos utilizamos Facebook y otras redes sociales con un grado de tranquilidad de que los contenidos que compartimos –y en general la experiencia de uso– es relativamente inofensiva y casual.

La realidad es que cada uno de nosotros, además de disfrutar ver contenido de nuestros amigos y páginas que seguimos, somos sujetos a vulnerabilidades como duplicación de identidad, exposición ante potenciales ladrones, perfilamiento y minería de datos corporativos, notificas ficticias, fraude y otros.

Personalmente, frecuento esta red social y admiro la historia de emprendimiento de la empresa. Soy usuario desde 2004 cuando lo empecé a usar en la universidad, pero creo que es momento de tomarse la privacidad y seguridad en esta red social más en serio.

El mismo Facebook tiene herramientas muy completas para entender y configurar la seguridad y privacidad de su cuenta y en estos días han resurgido muchas guías publicadas por fuentes externas que también son dignas de analizar.

Artículo publicado en el periódico El Financiero el 22 de marzo de 2018.

¡Más educación en línea!

Posiblemente muchos de nosotros hemos revisado, tomado o hasta completado satisfactoriamente algún curso en línea durante los últimos cinco años.

Las nuevas plataformas de aprendizaje en línea presentan conveniencia, estandarización y facilidades para poder aprender nuevas competencias para mejorar la empleabilidad o satisfacer curiosidades de un pasatiempo o interés.

Durante la primera mitad de esta década, vimos como existió una proliferación de MOOCs (cursos masivos abiertos online), principalmente impulsados por universidades como MIT, Stanford y Harvard y después otras instituciones educativas y ONGs.

Hoy existe un grupo de empresas que desarrollan distintas propuestas en educación en línea para satisfacer las necesidades de las personas, desde diferentes ángulos. En esta lista se encuentran Udacity, Coursera, Udemy, Degreed y Masterclass. En Latinoamérica existen empresas con propuestas muy innovadoras como Crehana y Platzi.

La educación en línea tiene el potencial de armonizar el acceso a la mejor calidad de educación del mundo con el simple acceso a internet, no obstante todavía parece que estamos en una época de excitación y aprendizaje sobre su uso y aprovechamiento.

La gran promesa es que pasado el hype sobre estas nuevas formas de aprender, con el desarrollo de estas innovaciones educativas, se logre generar altos niveles de engagement con los usuarios y se cumplan los objetivos deseados en cuanto a aprendizaje y oportunidades.

Es ahí donde podría existir una oportunidad grande de disrupción y cambio en la industria educativa local y mundial. Por mientras, que gran oportunidad tenemos de aprender con las mejores plataformas con los mejores expertos en el mundo entero.

Artículo publicado en el periódico El Financiero el 16 de febrero de 2018.